Estos días andamos todas y todos un poco noqueados con la actualidad. No es para menos: Japón, Libia, Baréin, antes Egipto, Túnez… Y ya nos olvidamos de Costa de Marfil… pero no os olvidéis de Haiti, como dice Forges.
En esta avalancha de información, que además me ha pillado de vacaciones, no he podido evitar seguir los pasos de un personaje que resurge con fuerzas renovadas… sí, una vez más, Nicolás Sarkozy. ¿Será obsesión mía?

Monsieur le Président de la République ha vuelto a su ser, tomando el liderazgo de la crisis libia.
Nicolás exigió a grito pelado en el Consejo Europeo de Bruselas una intervención militar para frenar a Gadafi, según cuenta el blog Bruxelles2.
No me imagino a Catherine Ashton, más bien pusilánime y muy british, aguantando los gritos. «Retengan sus caballos» parece ser que les dijo a Sarkozy y al primer ministro británico David Cameron, los nuevos señores de la guerra europeos. Diplomacia de primer nivel.
Esta pasión bélica de Sarkozy se ha desatado al mismo tiempo que el lider libio Muamar Gadafi amenazaba con revelar un secreto sobre el presidente francés «que le obligará a dimitir». El asunto se ha vuelto una de las coñas más célebres en el Twitter francés.
Pues bien, ayer Gadafi dijo a una televisión alemana que «su buen amigo Sarkozy» tiene un problema mental. Ejem… El crédito de Gadafi acusando a quien sea de estar loco es discutible.
Lo que parece más serio es lo que ha dicho su hijo Saif al Islam en una entrevista exclusiva para euronews (esa gran cadena de televisión, sí, la de No Comment): que «el payaso de Sarkozy» debería devolver el dinero que le dió Libia para financiar su campaña electoral.

Quizás fue durante esta visita de Gadafi a Paris.
El famoso secreto de Gadafi, que puede hacer caer a Sarkozy, está relacionado con la campaña. (Lo de que Sarko está loco ya lo sabíamos, dice alguno en Twitter).
A este paso, como los Gadafi sigan hablando, París va a lanzarse a un bombardeo selectivo y unilateral.
Pero la République no se ha quedado ahí. También ha tomado el liderato en sembrar el pánico con lo que está ocurriendo en Japón. Bueno, disputándose el puesto con el comisario europeo que ha soltado lo del Apocalipsis.
Apoyando a sus colegas japoneses.
¡¡Hay que ver lo que canta la comunicación no-verbal!! Es notable la sensación de confianza y distensión que transmite Sarkozy en la forma de «estrechar» (?) la mano…