«No, señor: Antes bien, se merece mucho, si con esto se libra a la patria de su insultos, robos y engaños».
Esta delirante frase está sacada del primer «catecismo político-religioso» de 1808. La invasión napoleónica caldeó mucho los ánimos como muestran el fragmento de texto y la sátira sobre Napoleón que reproducimos. No tienen desperdicio.
(Gracias a la Biblioteca Nacional).
Fragmento de un «catecismo político-religioso» anónimo de 1808
«Pregunta: ¿Quién es el enemigo de nuestra felicidad?
Respuesta: el emperador de los franceses.
—P. ¿Y quién es este hombre?
—R. Un nuevo señor, infinitamente malo y codicioso, principio de todos los males y fin de todos los bienes, es el compendio de todos los vicios y maldades.
—P. ¿Cuántas naturalezas tiene?
—R. Dos, una diabólica y otra humana.
—P. ¿Cuántos emperadores hay?
—R. Uno verdadero, pero trino en tres personas falsas.
—P. ¿Cuáles son?
—R. Napoleón, Murat y Godoy.
—P. ¿De quién procede Napoleón?
— R. Del infierno y del pecado.
—P. ¿Quiénes son los franceses?
—R. Los antiguos cristianos y los herejes nuevos.
—P. ¿Quién los ha conducido a esta esclavitud?
—R. La falsa filosofía y la libertad de sus perversas costumbres.
— P. ¿Sería pecado matar franceses?
—R. No, señor: antes bien, se merece mucho, si con esto se libra a la patria de sus insultos, robos y engaños»
Vamos, que entre Francia y España no todo han sido fiestas playeras, sangría, Disney Lands y películas porno en Perpignan. Es interesante recordarlo ahora que somos tan buenos amigos políticos.
Por aquel entonces los cruasanes eran simplemente afrancesados, traidores que querían imponer sus perversas costumbres republicanas.
Este alucinante texto lo encontré gracias al periodista Enrique Barrueco, un grande.
Está recogido en el libro «Reformismo y regeneracionismo: el contexto ideológico y político de la Constitución de Bayona» de Raúl Morodo. Si os interesa os lo podéis descargar entero desde la web de Dialnet.
Morodo explica que el sentimiento de horror hacia Francia se exaltó hasta el frenesí: «Francés se identificaba con «ateo» y «sacrilego». Fe católica y españolismo se identifican; la guerra contra los franceses se convierte en una cruzada religiosa» cuenta en el libro.
1808-1812: malos tiempos para ser cruasán. Buen tema para inaugurar nuestra sección de Historia.