Francia se mofa del Air Sarko One

Un avión de 180 millones de euros para estar a la altura de Estados Unidos. Ya sabíamos que Nicolas Sarkozy suele estar muy preocupado por estar a la altura, como describe este video del magnifiqueLe Petit Journal‘ de Canal +:

El aparato ha sido estrenado para viajar a Corea del Sur, donde Francia asume la presidencia del G20… Y ya sabemos también cuánto le gusta a Sarkozy presidir cosas, lo que sea. Es fácil imaginarese la conversación doméstica en el Elíseo:

«- Carla, no me puedo presentar a presidir el G20 con esta mierda de avión. Parece un vespino. Obama se ríe de mi.

-Ya lo sé, Nico, ‘mon amoureux’, pero es que no sé si ‘les français’ van a entender que estrenes tu avioncito ahora, con la crisis, la reforma de las pensiones… Te voy a componer una canción.»

La prensa nacional se lo está pasando bomba con el avión. Para empezar, le han puesto el mote. Le Monde titulaba ayer «Air Sarko One, un avión convertido en el símbolo del bling-bling presidencial». (El bling-bling es el lado ‘chic’ del presidente de las Ray Ban. Hay hasta un grupo de Facebook sobre el tema, Nicolas Bling Bling).

Ayer en BFM TV después de presentar las características del avión, terminaban diciendo: «sin embargo el Air Force One del presidente Obama es diez metros más largo y además, tiene dos». Qué mala leche.

Que conste que el Airbus que ha comprado Sarkozy con la ingente cantidad de pasta que pagamos al fisco francés es de segunda mano. Un Airbus A330 vendido por Air Caraïbes por 80 millones. 

Además hay que decir que los antiguos aviones de la Presidencia francesa no permitían viajar a Asia o América sin escalas  y por lo visto perdían la cobertura dejando incomunicado al presidente hacia el final del viaje.

Los otros 100 millones de euros se han ido en convertirlo en un avión presidencial como debe ser. Ducha, habitación privada, sala de reuniones, centro de comunicaciones encriptadas…

(No perderse el ‘carré économique’ para los colaboradores más lejanos y los miembros del equipaje. Viajar ahí sí que debe dar síndrome de la clase turista)

Encima, algún periodista sin escrúpulos se ha inventado que el avión tenía un horno de pizzas italiano para contentar a ‘Carlita’.

En España tenemos un poblema de exceso de prensa del corazón. En Francia, la prensa no tiene corazón. Al menos con su presidente.

Musulin, el Dioni francés, condenado ¿a vivir forrado?

Acaba de ser condenado a 5 años de cárcel por el Tribunal de Apelación de Lyon, la pena máxima que le podía caer por robo sin violencia.

Pero durante los dos procesos a los que se ha enfrentado, (en el primero, el pasado mayo, fue condenado a 3 años) Toni Musulin no ha soltado prenda sobre el destino de los 2’5 millones de euros que se han ‘esfumado’ de los 11 millones que robó en un atraco al estilo del ‘Dioni’.

AFP

Es el más listo. Ni huelgas, ni monsergas… 5 años de prisión -algo menos, quizás- y para cuando salga, el tipo ya tiene preparada una jubilación dorada sin esperar a la reforma de Sarkozy. Si se lo monta bien puede financiar también la de varios familiares.

En el jucio del pasado mayo repitió por activa y por pasiva que él no tiene los dos millones y medio de euros que faltan. Lo explicó ofreciendo detalles sobre lo difícil que es cargar 11 millones de euros en un pequeño coche de alquiler: «Je jetais les sacs et ils ne tombaient pas droit, forcément. Ils glissaient, comme c’étaient des sacs en plastique. C’était la galère, j’étais embêté, quoi», (Estaba ahí y lógicamente las bolsas no se apilaban bien, se caían, como eran bolsas de plástico. Era un follón, estaba cabreado). Lo que le dió un punto de Club de la Comedia al proceso. Entonces, ¿se le cayeron al suelo las bolsas que no entraron? Pena de no haber pasado por ahí.

Internet lo convirtió rápidamente en un nuevo Robin Hood. Durante el proceso Musulin afirmó que no lo era, pero a la vez alimentó esta imagen con declaraciones como esta : «C’est toujours les petits qui reçoivent, alors je me suis révolté » (Siempre son los pequeños los que reciben [golpes] así que me he revelado).

Un vigilante de seguridad cualquiera que de un día para otro da un golpe perfecto, de los de guante blanco. La policía encontró su piso vacío, tanto como sus cuentas bancarias. Huyó hasta Mónaco y dos semanas después del robo se entregó. Claro, que la policía ya había encontrado la mayor parte del botín, tranquilamente almacenado en un depósito de alquiler de Lyon, donde robó el camión de transporte de fondos. 

En Francia se ha seguido con mucho interés el veredicto, entre la fascinación y el rechazo. Acaba de ocurrir, pero en Twitter ya hay quien dice «5 ans? Ça valait le coup» (¿5 años? valía la pena). O «Toni Musulin écope de 5 ans d’interdiction d’exercer sa profession… Ça tombe bien, il n’avait pas vraiment l’intention de retravailler» (Tony Musulin condenado a 5 años sin ejercer su profesion. Menos mal, porque no tenía la intención de volver a trabajar).

Si Musulin viviera en España, ya le estarían lloviendo las ofertas para ‘trabajar’ en televisión.

Las técnicas de la policía de Sarkozy

¿Un método para terminar con dos días de disturbios en Lyon o una revancha de la policía, desbordada durante dos días por los jóvenes?

El caso es que el 21 de octubre la plaza Bellecour de Lyon estaba tomada por 700 antidisturbios (CRS) policías de paisano, agentes de la Gendarmería Móvil… Incluso unidades de élite de la Policía Nacional, armados con dos camiones con cañones de agua y gas lacrimógeno para exportar.

Enfrente, unos 200 jóvenes, en su mayoría menores, en su mayoría «no blancos» que fueron encerrados durante 6 horas en la plaza.

Pinchando en esta galería de Flickr está el relato en imágenes.

Amours imaginaires

Entre tanta huelga monotemática, las salas de cine se pueden convertir en una buena vía de escape. Las luces se apagan y con ellas los gritos de los sindicalistas y las últimas declaraciones de los políticos. Y si encima disfrutas de la película, pues mejor que mejor. 

«Les amours imaginaires» del canadiense francófono Xavier Dolan ha sido mi vía de escape del día.  Imagen fotográfica, construcción repetitiva pero eficaz. Dolan, a sus veintiún años, te deja en el sitio. Su trabajo se centra en la imagen, en la definición de un plano como si de cada uno surgiese una escultura, modelada con todo precisión, retocada. «Los amores imaginarios» recrea ese universo que alguna vez sentiste con 15 años, cuando pensabas que «él/ella estaba por ti». Sin nada que pudiese demostrar que la otra persona te correspondía. Sólo una mirada o una caricia. Un «amor imaginario» por el que suspiras pero también disfrutas en la incertidumbre.

Sin embargo, Dolan es mucho menos naïf que un adolescente. En su película, dos amigos (hombre y mujer) se enamoran de un mismo hombre. Pero no, no hay sexo explícito. El mensaje es más sutil. Recrear la imaginación, la espera, el deseo, la frustración de una historia de amor…… El argumento se funde en la semiología de la imagen, en los colores, planos borrosos, nítidísimos. 90 minutos a flor de piel, banda sonora perfecta y contrastes entre secuencias. Un 10 para este canadiense que ha conseguido sacarnos de la huelga francesa mediante el humor y una tierna sensibilidad.

Huelga de la huelga

En Francia hacen huelga. En general. Porque la huelga general que hicieron el martes 12 de octubre -día de la Hispanité- tuvo mucha publicidad, pero aquí tu vas un día cualquiera a currar en autobús y te encuentras un cartelito: «En raison d’un mouvement social des risques de perturbations sont à prévoir». Encima con eufemismos, muy francés. «En razón de un movimiento social se prevén riesgos de perturbaciones». ¿Movimiento social? Nunca sabes muy bien por qué hacen huelga. Los campeones del ‘mouvement social’ son los trabajadores del transporte público.

¡Hay un pobre hombre (o una pobre mujer) que se ha montado un blog sobre las miserias que pasa en el cercanías C de París!: Galere (s) dans le RER C. y la gente está cada vez más hasta las narices (ver los comentarios del foro), pese a la encuesta que afirmaba que el 70 por ciento de los franceses apoyan la convocatoria del martes. Acusan a los trabajadores con condiciones privilegiadas (los ferroviarios lo son) de tomar como rehenes a los usuarios.

Y claro, esto es como Pedro y el Lobo: a fuerza de hacer ‘huelguitas’, cuando quieren protestar por algo gordo, tienen que liarla parda. Y en esas estamos: Ya van cuatro o cinco jornadas de huelga general contra la reforma de las pensiones (6 o 7 días si sumamos las convocatorias por otros motivos). La mayor parte de las refinerías están paralizadas. El Gobierno ha autorizado el recurso a los ‘stocks’ estratégicos de carburante para los camioneros, varios puertos están cerrados y la SNCF, la Renfe francesa, lleva con las dichosas ‘perturbaciones’ desde el martes. Y lo que les queda. O nos queda.

Doctor, ¿es grave? No, c’est la grève. (huelga=grève)

 

Para hacerse una idea: la ley de servicios mínimos es del año 2007, y los sindicatos protestaron mucho cuando se aprobó. Antes era sálvese quien pueda. Ahora también, pero menos.

Yo hago huelga de la huelga. Osea, curro. Y sólo quiero pirarme de fin de semana como un buen Cruasan Ambulante. A ver si lo consigo. Me temo que tengo por delante una jornada de Galere dans la SNCF.