Actualización: Después de mucho dar la paliza y de publicar este post, me han reembolsado. Pero no es lo que decía la señora de Serviberia por teléfono
Iberia Express vende una tarifa en la que no puedes hacer el check in online, y cambiar el nombre de un pasajero (bueno, eliminar un segundo apellido que se coló no sé cómo) cuesta 20 euros.
Además han tardado 30 minutos en hacer el cambio por teléfono. A 15 céntimos de euro el minuto. (3,75€)
Lo mejor es que su propia web dice que para los cambios de reservas online en Francia, no se aplican gastos de gestion.
Ah, como no se podía cambiar el nombre tuve que llamar por teléfono y sí, hay gastos de gestión.
Lo que no se entiende es por qué no se puede cambiar el nombre. Para que llamemos por teléfono a 0,15€ el minuto, supongo.
Inolvidable.
ENHORABUENA. Gran modelo de negocio. Infalible.
Según acabo de entender tras mucho dar la plasta, hasta las 24 horas del vuelo tienes que pagar 13 euros para reservar tu asiento, después sí puedes… En teoría. Veremos.
Deberían llamarlo tarifa «no mereces vivir especie de microbio» no «Turista».
Selfie de la tripulación de mi último vuelo en Iberia
Moraleja: mucho, mucho ojo cuando rellenas el nombre del pasajero.
Pero que quede clara una cosa: los chavales y chavalas que gestionan el Twitter de @iberia son unos santos y santas.
Qué paciencia tienen.
Lo que sigue es el relato de mi última «Experiencia inolvidable» con ellos
Suerte, si estáis en esta situación.
De repente un día Iberia propone vuelos baratos Francia – España.
Esto ya de por sí sería noticia, pero no se vayan todavía, aún hay más.
Compras tu billete tan contento -más barato que en EasyJet- haces tus planes para pasar un fin de semana largo en España y un día, concretamente 11 días antes del vuelo…
Te avisan de que tu vuelo se ha anulado. Así no más.
Suponemos que no había suficientes reservas y que no les sale a cuenta. La invención del «underbooking». En 8 años volando regularmente no había visto nada parecido.
Tienes un montón de opciones, no te preocupes: volar 12 horas más tarde, y si no te conviene te buscan otro vuelo, dos días antes, o dos días después, sin cargos
¡UAUH, Gracias!
Súper práctico cuando viajas por apenas 4 días y que has organizado tus días libres en función del vuelo que has comprado (lo normal).
Pero no se vayan todavía, aún hay más.
Si decides que prefieres anular el viaje porque con las nuevas condiciones no te compensa:
«Su tarifa no permite el reembolso»
Y ya si eso te dicen donde puedes poner la reclamación, que tardará «en torno a un mes» en ser contestada, y que consiste en un ameno formulario.
*Después de mucho dar la paliza y de publicar este post, me han reembolsado. Pero no es lo que decía la señora de Serviberia por teléfono*
Nota: el mismo día de la publicación de esta entrada, enviada a la empleada del banco, el problema fue solucionado. Qué cosas.
Mientras escribo esta entrada el Banco Santander está ganando dinero. Vale, eso es una obviedad. Pero es que está aumentando la deuda ficticia que presuntamente tengo, yo, expatriado de larga duración, a pesar de que hace varios años que no utilizo su dichosa cuenta corriente. Y yo estoy cada vez más cerca del registro de morosos.
Esta publi debería ir acompañada de una risita maliciosa
Uno emigra pero mantiene su vieja cuenta corriente abierta, casi por nostalgia.
Y bueno, por evitar pagar los gastos bancarios cuando vuelves a España, para hacer más fácil alguna transferencia y para recargar el teléfono móvil en los cajeros…
Pero vamos, sobre todo por pura morriña. Por guardar un lazo.
La dejé de utilizar, entre otras cosas, porque para cambiar el domicilio había que activar la diplomacia europea: consulado, certificado… ¡Solo me faltaba pedir autorización al G7!
Como buen cruasán ambulante uno es tirando a perezoso para estas cosas del papeleo. Así que no podía recibir mi nueva tarjeta (de débito) y ya no me interesaba mucho utilizar esa cuenta.
Pero no la cierras. 50% por nostalgia, 48% por pereza y 2% por si acaso.
Un día ¡sorpresa! cartita del Santander. En mi domicilio francés. Casi te hace ilu.
Sorprende, ya que me dijeron que era complicadíííííssimo cambiar el domicilio. Mira qué fácil me han encontrado. Allá por diciembre, finales de noviembre.
Sopresa, sorpresa. Leo así por encima… Cargo de 9 euros en su cuenta a través de PayPal.
Bueno, pues nada, el dichoso PayPal que ha elegido la tarjeta equivocada. Cosas que pasan en los internetes. Sorpresa, porque no es una cuenta de crédito y sin fondos no deberían aceptar la transacción.
Casualidad, voy a España en breve.
Voy a la primera sucursal que me pilla a mano. Respuesta: «Debe usted 58 euros». Así. ¿No eran 9? Sí, ahora son 58. Sorpresa. No he recibido otras notificaciones, porque era «muy complicado» cambiar el domicilio de mi cuenta.
Ahora son 61,63 euros. Pena que en la lista de «Opciones» no venga «mandar al carajo».
Por supuesto, en la sociedad hiperconectada del siglo XXI la única opción para intentar resolver esto es «acudir a su sucursal» que por supuesto cierra a las 14:30 (debían ser las 14:10) y no abre hasta el lunes.
Y buenos días tenga usté. Me cierre la puerta al salir, que está refrescando. Ah no, que es automática.
Por casualidad la hora de mi vuelo de vuelta (viajecito corto) me permite levantarme a las siete de la mañana -en lugar de aprovechar tranquilamente mi última mañana en España- para dirigirme a la susodicha sucursal.
Bondades de la banca del pleistoceno en la era de Internet.
Después de atravesar con dificultad el control de seguridad (con la maleta es complicado) una señorita de lo más amable, me hace firmar un papel con la fotocopia del DNI.
La señora de la izquierda, no soy yo. Las mozas de la derecha, tampoco.
Cuenta cancelada, «y no creo que haya problema para retroceder los cargos» me dice sonriente. Qué simpática. Qué eficiente. «Me manda usted un email» (me pasa la tarjeta de visita) «y le voy informando».
Pues qué bien. Qué fácil, me sobra tiempo para dar un paseíto -eso sí, maleta en mano- y aprovechar el sol patrio, que luego lo voy a echar de menos. A otra cosa mariposa.
Unos días después le mando un mail a la pizpireta empleada, con mi nombre y DNI en el objeto como me pidió amablemente.
Respuesta, al límite del surrealismo: necesito que me facilite el NIF para consultar sus datos.
Obviamente respondo: «está en el objeto del mensaje». Y repito el DNI en enormes caracteres. Por siaca. Le pregunto cómo puedo hacer para pagar los 9 euros de PayPal. El resto no, porque me parece un abuso.
Y nada. Y nada. Y nada. E insisto. Y nada. E insisto. Y nada.
La sucursal de cuyo nombre no quiero acordarme no responde jamás al teléfono.
Unos 15 días después vuelvo a mandar un mail. Cabreadillo, ya que en la banca líder en Europa, en la era de Internet, no puedes hacer gran cosa si no puedes acudir a tu sucursal.
Debió salirme bien el email porque la empleada exsimpática me respondió.
«Rafael, como ya le dije, los cargos que le hace paypal nosotros no podemos devolverlos. Es algo que tiene que solucionar con ellos.»
Euh… El cargo que me hace PayPal son 9 euros. Mi problema son los otros 58 euros que me carga el banco para el que trabajas, my dear. No se lo dije con estas palabras, pero era la idea. También le pregunté si habían cerrado la cuenta como me dijo.
Qué bonito volver a casa por Navidad, ese momento tan especial para cualquier expatriado… El turrón, los mazapanes, esas cositas.
Encender el teléfono con la tarjeta SIM española y… ver 8 llamadas perdidas de un número desconocido (en un teléfono que no uso nunca). Con fechas distintas. Vaya urgencia.
Llamar de vuelta con el poco saldo que queda en la tarjetita y… ¡Sorpresa! Es el mismísimo Departamento de Gestión de Cobros del Banco Santander al aparato, que le da la bienvenida a España recordándole que su deuda sigue aumentando. Lo único que pueden hacer por mí es abrir una «incidencia». Y Feliz Navidad.
Como el Departamento de Gestión de Cobros del Banco Santander está gestionado en realidad por una maquinita que llama a los pobres morosos en bucle, te siguen llamando, aunque ya hayan registrado la «incidencia».
———————————— VUELTA AL COLE —————————————
Rápido se acaba lo bueno.
Au revoir los polvorones, hay que volver al tajo. En vacaciones me olvido de la sucursal y del Departamento de Gestión de Cobros del Banco Santander, todo contento con mi incidencia abierta.
Al volver a Francia, cartita del Banco Santander, para recordarme que debo un pastizal debido a un cobro, bla, bla, bla… Bienvenido a tu país de acogida.Y Feliz Año nuevo también.
Ante tanto acoso un día intento llamar a la sucursal. Y nada.
Así que llamo a mi viejo amigo el Departamento de Gestión de Cobros del Banco Santander que tan bien me había recibido en España.
Me dan más números de teléfono de la sucursal de cuyo nombre no quiero acordarme y hablo con un chavalín, despistao, que me dice que eso sólo lo pueden gestionar el director o el subdirector y que no están disponibles, pero que lo siente todo mucho y que llame el jueves que seguro que tiene algo resuelto.
Llamo el viernes, para no agobiar. Allí no responde ni el tato. En ninguno de los 4 números de la sucursal. Ni el martes, ni el miércoles, ni la semana de después.
Me pregunto si tienen consigna de no responder a ningún número extranjero. O algo.
Entonces vuelvo a llamar a mi querido Departamento de Gestión de Cobros del Banco Santander, que son los únicos que me escuchan:
Que la incidencia ya está enviada pero que la sucursal no ha respondido. La amable señorita aprovecha para recordarme que lo próximo será integrar el célebre fichero de morosos. Gracias, buenos días.
Entonces me empieza a dar pena la sucursal. Imagino una escena de The Walking Dead, apocalíptica, con todos los empleados supervivientes muriendo de inanición.
Consigo sobreponerme a la inquietud para llamar al Departamento de Reclamaciones del Banco Santander, por esto de dejar constancia del despropósito aquí narrado.
Un chaval muy bien entrenado en esto de la escucha del reclamador me deja desahogarme tranquilamente prometiéndome que recibiré un email con el número de reclamación.
Sigo esperándolo.
Porque en la era de Internet, el primer banco de Europa, no puede realizar llamadas ni enviar mensajes de texto a números de teléfono extranjeros. Y francamente, no me apetece que el Departamento de Cobros del Banco Santander o el Departamento de Reclamaciones del Banco Santander se traguen el saldo que tiene mi tarjeta SIM española en roaming.
Así que como me supo a poco desahogarme con mi amigo y confidente del Departamento de Reclamaciones del Banco Santander pero que nunca respondió a mi reclamación, le quité el polvo al blog y escribí esta entrada.
Porque me imagino que habrá unos cuantos, no sé cuántos, expatriados en situaciones similares. Lejos de las sucursales de cuyos nombres no queremos acordarnos y con un pie en el registro de morosos.
Enhorabuena por su modelo de negocio. Y bueno, yo conozco internet, mis derechos, sé activar los resortes necesarios… Pero qué no harán con las viejecitas de Soria. Lo que quieran.
Impresionante por cierto la labor de acoso del Departamento de Gestión de Cobros.
La banca siempre gana y en este caso gana más cuanto más inútiles sean en la sucursal.
Sra. Botín, los de Cobros se merecen un aumento, hágame caso.
Nota: el mismo día de la publicación de esta entrada, enviada a la empleada del banco, el problema fue solucionado. Qué cosas.
La coincidencia de fechas entre la boda de la Duquesa de Alba y el nacimiento del primero de la dinastía Sarkozy-Bruni nos tiene en un sinvivir.
Pones el Telediario (de TVE, el de todos). Como son las 14:45 ves el ratito de ‘Corazón’. Monográfico. La despedida de solteros, Cayetana, el vestido, Alfonso Díez muy enamorado. Que sí, que Fran Rivera va a la boda.
No me quiero ni imaginar las salvajadas que estarán diciendo en programas del corazón con menos escrúpulos que el familiar paripé de la Igartiburu.
Abres cualquier página web y te encuentras la portada de Interviu. «LA DUQUESA EN TOP-LESS EN SUS VACACIONES EN IBIZA». En la letra pequeña te explican que la foto es de hace tropecientos años.
Como decía el periodista Antonio Delgado: ¡Exclusiva! portada de Interviu de la semana que viene:
Llega el Telediario. Cuando has tenido suficiente con las elecciones, la crisis y Mourinho pones la radio francesa, o la tele.
La cuestión del churumbel está presente, pero hay que reconocer que hasta ahora es más soportable que lo de la Duquesa, que parece que lleva un año casándose.
Muchos chistes, eso sí, con la oportunidad del embarazo De Bruni en pleno arranque de la carrera para las Presidenciales (abril 2012). «Epidural electoral» decía el inefable @Pierrederuelle en Twitter.
Quizás la revelación del año: Sarkozy es un experto botánico que «conoce los nombres de las plantas en latín». Así la sedujo en aquellos primeros días de amor desinteresado. Todo ello mientras se multiplican escándalos de espionaje y corrupción que se empeñan en salpicar al futuro papá.
En fin. Supongo que en cuanto nazca la criatura tendremos derecho a nuestra ración de brasa, pero en la Belle France, el cotilleo se lleva con algo más de discreción. Siempre que no acudas a la prensa especializada, la ‘presse people’. Como ‘Voici’.
Y así andamos, esquivando proyectiles. ¡¡Kabuummm!!*
En España los NI-NI son los jóvenes que ni estudian ni trabajan. Una tragedia que sufre mucha gente de mi generación y que parece ser que es peor para los más jovenes.
*Vaya, justamente hoy, para fastidiarnos el discurso, Injuve publica un estudio que afirma que no son tantos como pensábamos. Unos 80.000 chavales. Lo que pasa es que sólo cuenta a los jóvenes que ‘Declaran no estar buscando trabajo y no tener deseo de buscarlo’.
Lo interesante es saber cuántos ni trabajan ni estudian y viven en casa de sus padres porque no consiguen hacer otra cosa.
El caso es que en Francia el NI-NI es la consigna que ha dado la UMP, el partido de Sarkozy, de cara a la segunda vuelta de las elecciones cantonales del próximo domingo: no votar NI al Partido Socialista NI al Frente Nacional. Calculada ambigüedad que amenaza con dar alas a la amenazante extrema derecha de Marine Le Pen, hija… de su padre, que ha obtenido unos inquietantes resultados históricos en la primera vuelta.
Los socialistas por su parte sí han llamado a votar a la UMP en los cantones en los que las elecciones se vayan a dirimir entre la UMP y el Frente Nacional para frenar a la ultraderecha.
Un canteo cantonal que está tensando el clima político.
Videoclip de 2002, cuando el padre de la criatura, Jean-Marie Le Pen, todavía era su candidato. Para hacerse una idea de quiénes son los del Frente Nacional. Ahora están cambiando de estilo y ése es parte de su éxito, dicen los que saben de esto. Bueno, sin contar con el mozalbete de aquí arriba.
Carmela Ríos, cruasana donde las haya, (sabe más de Francia que todos nosotros juntos) gran tuitera y mejor periodista, nos enseña las dos caras de Alexandre Gabriac, consejero regional en Ródano Alpes y candidato.
Dice el Frente Nacional que le echará del partido, pero ¡no antes de que se vote el domingo en Grenoble!. Y lo más serio: ¡eso quiere decir que ha pasado a la segunda vuelta!.
Monsieur el candidato.
A su derecha, el mismo mozalbete.
Pfff... Lo de japón no es nada, nosotros hemos tenido un terremoto del 24% y un tsunami de reacciones. El genio, Maester. http://maesterbd.wordpress.com/
FRANÇAIS: en Espagne Ni-Ni ce n’est pas une ‘non consigne’ de vote mais le nom donné à la generation des jeunes qui ne font NI des études NI n’ont d’emploi et habitent toujours chez ses parents.
Une tragédie dont souffrent 15% des jeunes entre 16 et 24 ans, mais aussi beaucoup de treintenaires. Vous le savez, l’Espagne détient le record de chomage dans l’Union Européene. La Lettonie mise à part.
*Oups!, précisément aujourd’hui, pour nous casser ce billet, l’Institut de la Jeunesse INJUVE publie un étude qui affirme que ces jeunes NI-NI sont moins qu’on le croyait. Autour de 80.000 qui ‘ne travaillent pas et ne cherchent pas d’emploi’.
Ça me paraît beaucoup. En tout cas, ça donne le vertige le nombre de chômeurs en Espagne. Et surtout entre les jeunes.
Yo no sé si voy, de todas formas vivo en Francia. Para los expatriados de larga duración como los cruasanes que escriben, estos días de huelga general son rarunos.
Como ocurre en las elecciones, en los grandes escándalos o tras un atentado, miramos más internet, las radios, telediarios, preguntamos más a los colegas… De repente, se nota más la distancia.
En Francia las huelgas son como los cruasanes o las baguettes: algo cotidiano ¡Pero allí hace ya ocho años de la última!
A mí la huelga general de 2002 me tocó en España: lo de Urdaci, el decretazo, y luego vendría lo de Cé-Cé-O-O y todo eso (gran momento político-mediàtico) mezclado con las manis contra la Guerra de Aznar, al menos en mi recuerdo.
Y yo ¿iría a la huelga si estuviese en España? Pues no lo sé.
Es posible que estuviera trabajando en un medio en el que -con un salario en torno a los 1000 euros- me harían saber, enseñándome la carta de despido, que sí, que tengo derecho a hacer huelga pero poco. Y eso contando con que tuviera un trabajo! Es posible.
Toxo y Cándido, todo el día juntos. Foto: AFP
Políticamente no veo yo nada claro lo que se juegan los unos (Cándido y Toxo que parecen Epi y Blas, todo el día juntos últimamente) y los otros ( la derecha y esta especie de Gobierno). Me parece más bien turbio.
Si me decidiese a hacer la huelga, entonces habría ido sin dudarlo a la pasacalles de precari@s que empezaba a las 17:00 en Tribunal.
Esa sí que es una causa ‘impepinable’ y urgente que merecería un par de semanas de huelga. Y no está entre las prioridades de la reforma laboral del Gobierno, y me temo que tampoco mucho entre las de los sindicatos, pese a la cantinela.