Yo no sé si voy, de todas formas vivo en Francia. Para los expatriados de larga duración como los cruasanes que escriben, estos días de huelga general son rarunos.
Como ocurre en las elecciones, en los grandes escándalos o tras un atentado, miramos más internet, las radios, telediarios, preguntamos más a los colegas… De repente, se nota más la distancia.
En Francia las huelgas son como los cruasanes o las baguettes: algo cotidiano ¡Pero allí hace ya ocho años de la última!
A mí la huelga general de 2002 me tocó en España: lo de Urdaci, el decretazo, y luego vendría lo de Cé-Cé-O-O y todo eso (gran momento político-mediàtico) mezclado con las manis contra la Guerra de Aznar, al menos en mi recuerdo.
Y yo ¿iría a la huelga si estuviese en España? Pues no lo sé.
Es posible que estuviera trabajando en un medio en el que -con un salario en torno a los 1000 euros- me harían saber, enseñándome la carta de despido, que sí, que tengo derecho a hacer huelga pero poco. Y eso contando con que tuviera un trabajo! Es posible.

Políticamente no veo yo nada claro lo que se juegan los unos (Cándido y Toxo que parecen Epi y Blas, todo el día juntos últimamente) y los otros ( la derecha y esta especie de Gobierno). Me parece más bien turbio.
Si me decidiese a hacer la huelga, entonces habría ido sin dudarlo a la pasacalles de precari@s que empezaba a las 17:00 en Tribunal.
Esa sí que es una causa ‘impepinable’ y urgente que merecería un par de semanas de huelga. Y no está entre las prioridades de la reforma laboral del Gobierno, y me temo que tampoco mucho entre las de los sindicatos, pese a la cantinela.
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