Acaba de ser condenado a 5 años de cárcel por el Tribunal de Apelación de Lyon, la pena máxima que le podía caer por robo sin violencia.
Pero durante los dos procesos a los que se ha enfrentado, (en el primero, el pasado mayo, fue condenado a 3 años) Toni Musulin no ha soltado prenda sobre el destino de los 2’5 millones de euros que se han ‘esfumado’ de los 11 millones que robó en un atraco al estilo del ‘Dioni’.

Es el más listo. Ni huelgas, ni monsergas… 5 años de prisión -algo menos, quizás- y para cuando salga, el tipo ya tiene preparada una jubilación dorada sin esperar a la reforma de Sarkozy. Si se lo monta bien puede financiar también la de varios familiares.
En el jucio del pasado mayo repitió por activa y por pasiva que él no tiene los dos millones y medio de euros que faltan. Lo explicó ofreciendo detalles sobre lo difícil que es cargar 11 millones de euros en un pequeño coche de alquiler: «Je jetais les sacs et ils ne tombaient pas droit, forcément. Ils glissaient, comme c’étaient des sacs en plastique. C’était la galère, j’étais embêté, quoi», (Estaba ahí y lógicamente las bolsas no se apilaban bien, se caían, como eran bolsas de plástico. Era un follón, estaba cabreado). Lo que le dió un punto de Club de la Comedia al proceso. Entonces, ¿se le cayeron al suelo las bolsas que no entraron? Pena de no haber pasado por ahí.
Internet lo convirtió rápidamente en un nuevo Robin Hood. Durante el proceso Musulin afirmó que no lo era, pero a la vez alimentó esta imagen con declaraciones como esta : «C’est toujours les petits qui reçoivent, alors je me suis révolté » (Siempre son los pequeños los que reciben [golpes] así que me he revelado).
Un vigilante de seguridad cualquiera que de un día para otro da un golpe perfecto, de los de guante blanco. La policía encontró su piso vacío, tanto como sus cuentas bancarias. Huyó hasta Mónaco y dos semanas después del robo se entregó. Claro, que la policía ya había encontrado la mayor parte del botín, tranquilamente almacenado en un depósito de alquiler de Lyon, donde robó el camión de transporte de fondos.
En Francia se ha seguido con mucho interés el veredicto, entre la fascinación y el rechazo. Acaba de ocurrir, pero en Twitter ya hay quien dice «5 ans? Ça valait le coup» (¿5 años? valía la pena). O «Toni Musulin écope de 5 ans d’interdiction d’exercer sa profession… Ça tombe bien, il n’avait pas vraiment l’intention de retravailler» (Tony Musulin condenado a 5 años sin ejercer su profesion. Menos mal, porque no tenía la intención de volver a trabajar).
Si Musulin viviera en España, ya le estarían lloviendo las ofertas para ‘trabajar’ en televisión.
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