
El ayuno se rompe mediante leche y dátiles. En cuanto se prueba algo de comer, el musulmán se pone a rezar. Al cabo de una media hora termina la oración y se pega el festín, el de verdad. Yo no recé pero dejé que Sami me tomase la mano mientras recitaba un rezo en voz alta. Diez minutos más tarde nos llamaban sus padres para felicitarnos por haber superado el primer día de ayuno. Y a continuación elegimos un restaurante y me puse tibia: carne, patatas fritas, ensalada, tarta de manzana, helado de vainilla, coca cola, cigarros y olé! Me compré un bollo de chocolate para mi desayuno (previsto a las 5:30) y me fuí a dormir porque estaba muerta. Mi pobre estomago se alegró de haber ingerido comida pero se quejó de mi ansiedad así que me tuve que dar un paseo tras el atracón.
Al cabo de las cinco horas de sueño me desperté para tomar el desayuno. Y ahí, cruasanes míos, viví el momento mas ridículo de esta experiencia: me pregunté porqué estaba yo sentada en mi cama tomándome un litro de leche y chocolate cuando debería estar durmiendo y soñando felizmente. Me sentí idiota. Comiendo y bebiendo con los ojos medio cerrados.
Es como si decides celebrar la navidad y no ves ni un arbol decorado, ni hace frío, nadie se ofrece regalos, eres la única persona que se levanta para los Reyes Magos…no tiene ningún sentido. No veo ninguna coherencia en lo que estoy viviendo porque solo conozco a UNA persona que lo esté viviendo conmigo.
Pero me sigue gustando hacerlo porque aprendo algo nuevo cada día. Como dice mi cruasán favorito, lo más importante es «tomártelo con zenitud». Hasta mañana…
Pues siéntete de todo, menos idiota! A mi, querida cruasana, me tienes mirando pa’ Albacete, es decir, MARAVILLADA… porque todavía queda alguién con las ganas de experimentar y ponerse en la piel de otros… vamos, alguien con ILUSION DE CONOCER Y ENTENDER.
Mañana, cuando te despiertes cruasana nuestra, por favor: no te sientas sola ni idiota. Piensa que tienes a unos cuantos colines sedentarios esperando el Ramadán día 3.
Besos y hasta mañana!