Caos aéreo – Caos humano

Cuando un aeropuerto se colapsa, los niños lloran, los perros ladran, los adultos gritan. Los supuestos responsables, también adultos, intentan respirar el poco oxígeno que queda en una terminal cargada de malos humos.

Pero, ¿todo es malo? En tres días en el aeropuerto de Charles de Gaulle de París he intentado entender el humor japonés pasando más de cuatro horas en una cola con un grupo que quería volver a Tokyo. Enseñé a leer, o más bien a reconocer sílabas a una niña de cinco años, rubia, italiana, algo mexicana y llena de pegatinas de Bambi pegadas en la cara y las manos. Hice de intérprete para un americano de origen filipino que volaba a Madrid y tenía que anular su reserva del hotel. Ví cómo sus hijos de 8 y 10 años pasaban horas pasándose un céntimo de euro y jugando al escondite entre los mostradores. Conocí a una rubia de piernas kilométricas que trabajaba en moda y se iba a Cuba diez días «para despejarse». En fin, sufrí, esperé horas, me comí un ejército de bocadillos, fumé como una descosida, me dieron ataques de rabia, de desolación. Pero también me reí y disfruté viendo al «mundo entero» , detrás de un mostrador,  unido por sacar adelante sus vacaciones, compadeciéndose del vecino y ayudándole en lo posible. Humanidad a pie de pista.

Last minute desde Roissy

Icmandic, atrapada por tercer día en el aeropuerto Charles de Gaulle de París debido a la nieve. Crónica para Radio Francia Internacional en español (noticia de portada).

Click en este chisme:

Los compis de icmandic.

 

 

 

Otro día de caos en los aeropuertos europeos

Por RFI

Las intensas nevadas que caen desde el sábado en Europa continuaban este lunes perturbando el transporte aéreo y terrestre. Los aeropuertos parisinos cancelan el 30% de sus vuelos y Londres prevé retrasos para los próximos días. El temporal perturba además el tráfico ferroviario y de autobuses en París y sus alrededores.

(Sigue) en la la noticia original.

«Merci de votre compréhension»

En el hotel

«Pues yo creía que los franceses tenían la mejor administración…». Esta ha sido mi frase del día. Me la ha dicho una mujer que, como yo, se ha quedado bloqueada en el aeropuerto Charles de Gaulle de París. Su cara de cansancio no entendía porqué en en el «país de las huelgas», del bienestar social, algo como la coordinación de vuelos anulados podía ser tan complicado. Lo sé, España tampoco es el ejemplo contrario. Pero no escribo por comparar.  Hoy, desde mi habitación de hotel improvisado, recuerdo las tres horas de espera en una cola de atención al cliente y a una única persona cambiando billetes.

Al cabo de dos horas ha llegado un segundo «compañero» y al cabo de una hora más me han dicho que me tenía que ir a un hotel. He tardado una hora y media en coger un autobús que me llevara a mi nuevo destino. He esperado bajo la nieve a -4 grados y he creído perder mis dedillos de los pies. Hasta ahí me diréis, bueno, mala suerte amiga, en invierno ya se sabe que uno no se puede fiar del tiempo…pero hay algo que me enerva soberanamente.

Y es que hace tan solo una semana, París vivió el mismo caos. El primer ministro François Fillon denunció a Meteo France por no haber anunciado con anterioridad la llegada de la nieve. Decidieron que aquello no podía volver a ocurrir. París es la gran capital y con ella no se juega. Caos de declaraciones, contradicciones. Al final, el gobierno entonó el «mea culpa«. Pero la nieve volvió por supuesto. Y los cambios se hacen esperar, sobre todo en cuanto a la coordinación, 60% de los vuelos han sido anulados hoy en Roissy. Y parece que la cosa va a empeorar.

Caos pero sin perder el buen sentido de la amabilidad francesa que ahí está, impertérrita. Y con una sonrisa algo cínica, también recuerdo el obligado «merci de votre compréhension» (gracias por su comprensión), y al azafato de Air France evitando mi mirada y haciéndole una señal al siguiente pasajero extraviado, le ha llegado el turno.