Amours imaginaires

Entre tanta huelga monotemática, las salas de cine se pueden convertir en una buena vía de escape. Las luces se apagan y con ellas los gritos de los sindicalistas y las últimas declaraciones de los políticos. Y si encima disfrutas de la película, pues mejor que mejor. 

«Les amours imaginaires» del canadiense francófono Xavier Dolan ha sido mi vía de escape del día.  Imagen fotográfica, construcción repetitiva pero eficaz. Dolan, a sus veintiún años, te deja en el sitio. Su trabajo se centra en la imagen, en la definición de un plano como si de cada uno surgiese una escultura, modelada con todo precisión, retocada. «Los amores imaginarios» recrea ese universo que alguna vez sentiste con 15 años, cuando pensabas que «él/ella estaba por ti». Sin nada que pudiese demostrar que la otra persona te correspondía. Sólo una mirada o una caricia. Un «amor imaginario» por el que suspiras pero también disfrutas en la incertidumbre.

Sin embargo, Dolan es mucho menos naïf que un adolescente. En su película, dos amigos (hombre y mujer) se enamoran de un mismo hombre. Pero no, no hay sexo explícito. El mensaje es más sutil. Recrear la imaginación, la espera, el deseo, la frustración de una historia de amor…… El argumento se funde en la semiología de la imagen, en los colores, planos borrosos, nítidísimos. 90 minutos a flor de piel, banda sonora perfecta y contrastes entre secuencias. Un 10 para este canadiense que ha conseguido sacarnos de la huelga francesa mediante el humor y una tierna sensibilidad.

Prisioneros de la huelga

Las encuestas siguen diciendo que la mayoría de los franceses apoyan la huelga. Este señor que me he encontrado en una estación de tren, no.

En su cartelito asegura  ser un «trabajador mayoritario tomado como rehén de los huelguistas minoritarios».

Me decía que quienes hacen la huelga son «entre un 1 y un 3 por ciento de la  población». También afima convencido que las encuestas están trucadas¿Quién dice la verdad?

Por otro lado, tampoco lo he pasado tan mal como me temía para irme de fin de semana.

En un país tan huelguista, la información sobre los trenes anulados funciona bastante bien: en SNCF direct. Mientras tengas un billete, puedes coger el tren que te pille mejor y la mayor parte de las veces ni siquiera pasa el revisor y si por casualidad viene, es mucho más flexible que el resto del año.

La huelga crea un ambientillo de anarquía: La gente habla más entre sí, -¿Y usted hasta dónde va? -¡Yo llevo desde las 8 de la mañana intentando cogerlo!. Al final hasta tiene su gracia, siempre que no tengas prisa por llegar.

Huelga de la huelga

En Francia hacen huelga. En general. Porque la huelga general que hicieron el martes 12 de octubre -día de la Hispanité- tuvo mucha publicidad, pero aquí tu vas un día cualquiera a currar en autobús y te encuentras un cartelito: «En raison d’un mouvement social des risques de perturbations sont à prévoir». Encima con eufemismos, muy francés. «En razón de un movimiento social se prevén riesgos de perturbaciones». ¿Movimiento social? Nunca sabes muy bien por qué hacen huelga. Los campeones del ‘mouvement social’ son los trabajadores del transporte público.

¡Hay un pobre hombre (o una pobre mujer) que se ha montado un blog sobre las miserias que pasa en el cercanías C de París!: Galere (s) dans le RER C. y la gente está cada vez más hasta las narices (ver los comentarios del foro), pese a la encuesta que afirmaba que el 70 por ciento de los franceses apoyan la convocatoria del martes. Acusan a los trabajadores con condiciones privilegiadas (los ferroviarios lo son) de tomar como rehenes a los usuarios.

Y claro, esto es como Pedro y el Lobo: a fuerza de hacer ‘huelguitas’, cuando quieren protestar por algo gordo, tienen que liarla parda. Y en esas estamos: Ya van cuatro o cinco jornadas de huelga general contra la reforma de las pensiones (6 o 7 días si sumamos las convocatorias por otros motivos). La mayor parte de las refinerías están paralizadas. El Gobierno ha autorizado el recurso a los ‘stocks’ estratégicos de carburante para los camioneros, varios puertos están cerrados y la SNCF, la Renfe francesa, lleva con las dichosas ‘perturbaciones’ desde el martes. Y lo que les queda. O nos queda.

Doctor, ¿es grave? No, c’est la grève. (huelga=grève)

 

Para hacerse una idea: la ley de servicios mínimos es del año 2007, y los sindicatos protestaron mucho cuando se aprobó. Antes era sálvese quien pueda. Ahora también, pero menos.

Yo hago huelga de la huelga. Osea, curro. Y sólo quiero pirarme de fin de semana como un buen Cruasan Ambulante. A ver si lo consigo. Me temo que tengo por delante una jornada de Galere dans la SNCF.

Embriaguez manifiesta

Si venís a Francia sabed que las leyes de la República (la señora que aparece arriba de la foto, encima de lo de Liberté, Egalité y Fraternité) «prohíben a los vendedores de alcohol dar de beber a personas en estado de embriaguez manifiesta o recibirles en su establecimiento» (tercer párrafo).

Y sobre todo (último párrafo, mi favorito) está prohibido encontrarse en estado de embriaguez manifiesta en los lugares públicos.

Queda a cargo del camarero interpretar lo manifiesta que es la embriaguez de uno.

Por suerte los cruasanes no hemos tenido el honor de comprobarlo pero al parecer la policía, con las leyes de la República bajo el brazo, puede llevarte al calabozo hasta que se te pase la melopea. Ojito.

El documento, se titula «Protección de los menores y represión de la embriaguez pública» y debe ser colocado en los bares desde el 31 de enero de 2010.

La huelga del Cruasán

Yo no sé si voy, de todas formas vivo en Francia. Para los expatriados de larga duración como los cruasanes que escriben, estos días de huelga general son rarunos.

Como ocurre en las elecciones, en los grandes escándalos o tras un atentado, miramos más internet, las radios, telediarios, preguntamos más a los colegas… De repente, se nota más la distancia.

En Francia las huelgas son como los cruasanes o las baguettes: algo cotidiano ¡Pero allí hace ya ocho años de la última!

A mí la huelga general de 2002 me tocó en España: lo de Urdaci, el decretazo, y luego vendría lo de Cé-Cé-O-O y todo eso (gran momento político-mediàtico) mezclado con las manis contra la Guerra de Aznar, al menos en mi recuerdo.

Y yo ¿iría a la huelga si estuviese en España? Pues no lo sé.

Es posible que estuviera trabajando en un medio en el que -con un salario en torno a los 1000 euros- me harían saber, enseñándome la carta de despido, que sí, que tengo derecho a hacer huelga pero poco. Y eso contando con que tuviera un trabajo! Es posible.

Toxo y Cándido, todo el día juntos. Foto: AFP

Políticamente no veo yo nada claro lo que se juegan los unos (Cándido y Toxo que parecen Epi y Blas, todo el día juntos últimamente) y los otros ( la derecha y esta especie de Gobierno). Me parece más bien turbio.

Si me decidiese a hacer la huelga, entonces habría ido sin dudarlo a la pasacalles de precari@s que empezaba a las 17:00 en Tribunal.

Esa sí que es una causa ‘impepinable’ y urgente que merecería un par de semanas de huelga. Y no está entre las prioridades de la reforma laboral del Gobierno, y me temo que tampoco mucho entre las de los sindicatos, pese a la cantinela.

El Cruasán Ramadán se dejó llevar por las tapitas del bar…

…y por el sol español, la playa, la marca del bikini, los gintonic de después del último baño ¿qué queréis que os diga? Sí, me comprometí a dejar de comer durante 28 días. No, a mi no me pagan como a Samanta Villar. Sí, saltármelo con unas bravas es la mejor opción para dejar de creer. No, no creo (en el Islam quiero decir…). Pero ésto es tan real como la vida misma. Vives expatriada, echas de menos a tu mamá, a tus amigos, a tu abuelina… y todos esos reencuentros  van acompañados de un arroz con leche o de una taza de Albariño ¿o no? La próxima vez seré más cauta, creo.

En fin, además de mis momentos gastronómicos, este último mes he estado investigando las mil y una maravillas de la informática .  Entre otras cosas he rodado mi primer corto (se llama Nicolator 1 y no es apto para menores de 30). También me he puesto las pilas con marcianitos de otro planeta llamados Photoshop y Final Cut (ahora entiendo la tele). Me he cortado el pelo y no me he comprado fascí-culos pero me siento como si lo hubiese hecho. Septiembre es un poco como fin de año. No hay uvas, hay atascos. Sin embargo, muchos nos apuntamos al gimnasio, cambiamos algún color del armario o movemos un mueble. Son objetivos, menos comprometidos que el Ramadán, pero objetivos también importantes. A ver cómo se nos da esta vez.

La rentrée

Llegó esa época del año en la que en España nos abrasan los oídos y los ojos con el síndrome postvacacional, la vuelta al cole y los coleccionables por fascículos.

En Francia es la temible rentrée. Llega exactamente el 1 de septiembre y la calientan unos días antes.

Si los medios españoles nos parecen pesaos con el tema, en Francia lo son mucho más.

Durante un mes más o menos es imposible no oír o ver la dichosa palabreja unas veinte veces al día.

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Aquí es una auténtica institución. Hay rentrées para todos los gustos: la rentrée scolaire (la vuelta al cole) la rentrée literaria, de los museos, del cine, la rentrée teatral, la política… En Youtube me he encontrado videos sobre recomendaciones de maquillaje y peluquería para la rentrée 2010, que he preferido ahorraros.

También es la rentrée de las huelgas (mañana, la primera) pero lo de las huelgas y Francia merece un post, o un blog aparte.

La ‘rentrée’ es un concepto tan francés como el croissant (o cruasán).

Nuestros amigos de Wordreference las pasan canutas para encontrar una definición, tanto en castellano como en inglés.

No me voy a dedicar a dar la paliza lingüística así nada más empezar (en plena rentrée) pero es curioso que no haya una palabra equivalente ni en castellano ni en inglés.

Quizás sea porque los franceses inventaron las «congés payés», las vacaciones pagadas, por lo que también inventaron la rentrée…

¿Quizás es porque en España se nos dan mejor las vacaciones que la rentrée? ¿O porque con tantos parados hay menos curro al que volver? En cuanto a los ingleses… Debe ser porque no hacen más que trabajar.

En fin, es un misterio

Por lo demás, es un periodo con un puntito deprimente, como en todos los sitios. (Encima hoy es el primer día del otoño).

Y como en definitiva, ‘rentrer’ quiere decir ‘volver’ os regalamos el tema ‘Volver’ cantado por Penélope C… ¡ah no! por Estrella Morente. Para que se nos quite un poco la frente marchita que traemos.

El reposo del Cruasán/ Le repos du Cruasan

ES: Finalmente, estamos de vacaciones… Es cierto que acabamos de empezar con el blog, pero el Cruasán no siempre puede elegir cuándo se va de vacaciones.

La vuelta al cole será a tope.

FR: On est enfin en vacances… On vient de commencer avec le blog, c’est vrai, mais un Cruasan ne peux pas toujours choisir sa date de vacances.

La rentrée ça será en pleine forme

Cruasán Ramadán: días 4 y 5

Cruasanes, ya estoy de vuelta. Mi ramadán ha sufrido varios cambios estos últimos días. Nota positiva: por fín he dado con la fórmula mágica para resistir tantas horas sin comer. Ahora vivo por la noche. Vale, ya sé que no hace falta ser un crack para llegar a tal conclusión, pero no es tan fácil. Una de las cosas negativas del ramadán es el cansancio. Duermes durante el día, duermes por la noche, duermes a todas horas. Viviendo por la noche ganas horas para comer y las horas de sol se hacen más cortas al pasarlas durmiendo…

Una serie de circunstancias me llevaron, el jueves pasado, a hacer un reportaje sobre el puerto de pesca de Lorient. Es el segundo puerto más importante de Francia detrás de Boulogne-sur-mer. Lo dirige una mujer, Angèle Bergelin. Una campeona de 1m80 que ha conseguido hacerse un sitio en un mundo dominado por los hombres. Lleva un año en Lorient y cada noche, a partir de la 1 y media de la mañana, llega a su lugar de trabajo para dirigir la lonja, la venta y subasta del pescado, evitar los piques de los pescadores, los bloqueos de precio cuando le llega el turno al atún, tesoro cotizado. Angèle se pasea con su walkie. Huele a pescado pero admite que le da igual, le apasiona su trabajo. Los pescadores la miran de reojo, con un cigarrillo en la comisura del labio, mientras ella corre de un lado a otro estrechando la mano a todo el mundo.

El jueves por la noche llegué a casa a las 8 de la mañana apestando a pescado pero feliz por haber descubierto una profesión tan chula y haber conocido a tanta gente interesante. Al día siguiente me fuí de fiesta. También llegué a casa a las 8 de la mañana, feliz por haber bailado en un bar en el que no había gaitas. En los dos casos me desperté a las 4 de la tarde al día siguiente, así, cumplir con el ayuno del Ramadán, es pan comido…

Cruasán Ramadán: día 3?

Pues le tocaba a Icmandic hacer este post pero, entre el ayuno y la noche que pasó en el puerto pesquero de Lorient… En fin, que ya os lo contará ella ¿O no?

Mientras yo, que sí he comido, aquí estoy, sólo ante el peligro del editor de posts.

Lugar de luchas y fiestas

He recibido un mail de El Patio Maravillas de Madrid, gran rincón, en el que enlazaban un video de un tal Remi Gaillard. Casualmente su página se llama N’importe qui... Me ha hecho gracia, visto que ayer estuve hablando de la expresión francesa, complicada de traducir pero muy pegajosa ‘n’importe’.

(N’importe qui: un personaje, más o menos. N’importe quoi: chorradas, en este caso).

Yo no le conocía, pero debo ser el único. ¡Su página de fans de Facebook tiene 2,240,765 ‘like’! El tipo se dedica a hacer video-performances improvisadas y a menudo jugándose la salud. Su gran éxito parece ser Mario Kart.

Eso es el verdadero n’importe quoi. Es más, su lema es ‘Faire n’importe quoi pour devenir n’importe qui’. (Hacer chorradas/ locuras para volverse un personaje/ notas)

Para saber cómo suena: copia n’importe quoi y n’importe qui en la demo de Acapela, aunque sin duda, lo mejor de Acapela es hacer decir cosas en español a las voces francesas y viceversa.