ES: Un delirio surrealista mientras digerimos los Leaks de WikiLeaks. Dos cruasanes y una sinfonía a cuatro manos. Las maquinitas musicales son una de las atracciones de la muy turística rue Saint Jean de Lyon.
(Si el Departamento de Estado de EEUU ha perdido 251,287 cables, nos podemos permitir perder un poco los papeles, ¿no?)
FR: Un délire surréaliste en attendant de digérer les Leaks de WikiLeaks. Symphonie a quatre mains pour deux cruasanes. Les petites machines musicales sont une des attractions de la très touristique rue Saint Jean de Lyon.
Lo anunció hace cinco meses y Nicolas Sarkozy, más que cambiar el Gobierno, lo ha podado. Ha quitado lo que le sobraba:
Sarkozy ha dejado el Gobierno pelao.
Jean Louis Borloo, que siempre parece que se acaba de levantar, es de centro y se las da de ecologista. Su cargo era «ministro de Estado, ministro de Ecología, de Energía, del Desarrollo Sostenible y del Mar» (en serio).
La secretaria de Estado Fadela Amara, presidenta y fundadora de Ni Putas ni Sumisas, una feminista de origen argelino que entró en el Gobierno prometiendo hacer algo por los jóvenes de los suburbios y se ha ido prometiendo hacer algo.
El ministro de Exteriores Bernard Kouchner, miembro fundador de Médicos Sin Fronteras, un poco histriónico a veces, o Rama Yade que tenía la virtud de hablar el mismo lenguaje que los jóvenes de los suburbios… gente así: los de la apertura que prometió Sarkozy al asumir el cargo.
El que también desaparece es Eric Woerth, tras comerse él solito la reforma de las pensiones, con la que se montó, y el escándalo Bettencourt, todavía sin terminar, pero esa es otra historia. Y vaya historia.
Y claro, para no dejar el Gobierno tan pelao ha llamado a sus colaboradores más fieles como el temible alcalde de Burdeos Alain Juppé… Y varios ex-villepinistas, sólo por pinchar, porque Sarkozy y Villepin andan a la gresca. Se queda el más temible aún Brice Hortefeux en Interior, un as de la seguridad y super amigo de Nicolas.
El análisis generalizado es que Sarkozy se protege con vistas a las elecciones de 2012.
Pero el mejor resumen ha sido el de la ministra de Economía Christine Lagarde, que sigue en el cargo: esta mañana ha ido a la radio y ha explicado que el nuevo Gobierno «es totalmente revolucionario, porque el principio de la revolución es dar un giro de 360 grados». Y a casita, o al Ministerio. ¿Ha metido la pata o se ríe de nosotros? se preguntan en Media Part.
Un avión de 180 millones de euros para estar a la altura de Estados Unidos. Ya sabíamos que Nicolas Sarkozy suele estar muy preocupado por estar a la altura, como describe este video del magnifique ‘Le Petit Journal‘ de Canal +:
El aparato ha sido estrenado para viajar a Corea del Sur, donde Francia asume la presidencia del G20… Y ya sabemos también cuánto le gusta a Sarkozy presidir cosas, lo que sea. Es fácil imaginarese la conversación doméstica en el Elíseo:
«- Carla, no me puedo presentar a presidir el G20 con esta mierda de avión. Parece un vespino. Obama se ríe de mi.
-Ya lo sé, Nico, ‘mon amoureux’, pero es que no sé si ‘les français’ van a entender que estrenes tu avioncito ahora, con la crisis, la reforma de las pensiones… Te voy a componer una canción.»
La prensa nacional se lo está pasando bomba con el avión. Para empezar, le han puesto el mote. Le Monde titulaba ayer«Air Sarko One, un avión convertido en el símbolo del bling-bling presidencial». (El bling-bling es el lado ‘chic’ del presidente de las Ray Ban. Hay hasta un grupo de Facebook sobre el tema, Nicolas Bling Bling).
Ayer en BFM TV después de presentar las características del avión, terminaban diciendo: «sin embargo el Air Force One del presidente Obama es diez metros más largo y además, tiene dos». Qué mala leche.
Que conste que el Airbus que ha comprado Sarkozy con la ingente cantidad de pasta que pagamos al fisco francés es de segunda mano. Un Airbus A330 vendido por Air Caraïbes por 80 millones.
Además hay que decir que los antiguos aviones de la Presidencia francesa no permitían viajar a Asia o América sin escalas y por lo visto perdían la cobertura dejando incomunicado al presidente hacia el final del viaje.
Los otros 100 millones de euros se han ido en convertirlo en un avión presidencial como debe ser. Ducha, habitación privada, sala de reuniones, centro de comunicaciones encriptadas…
(No perderse el ‘carré économique’ para los colaboradores más lejanos y los miembros del equipaje. Viajar ahí sí que debe dar síndrome de la clase turista)
Encima, algún periodista sin escrúpulos se ha inventado que el avión tenía un horno de pizzas italiano para contentar a ‘Carlita’.
En España tenemos un poblema de exceso de prensa del corazón. En Francia, la prensa no tiene corazón. Al menos con su presidente.
El caso es que el 21 de octubre la plaza Bellecour de Lyon estaba tomada por 700 antidisturbios (CRS) policías de paisano, agentes de la Gendarmería Móvil… Incluso unidades de élite de la Policía Nacional, armados con dos camiones con cañones de agua y gas lacrimógeno para exportar.
Enfrente, unos 200 jóvenes, en su mayoría menores, en su mayoría «no blancos» que fueron encerrados durante 6 horas en la plaza.
Las encuestas siguen diciendo que la mayoría de los franceses apoyan la huelga. Este señor que me he encontrado en una estación de tren, no.
En su cartelito asegura ser un «trabajador mayoritario tomado como rehén de los huelguistas minoritarios».
Me decía que quienes hacen la huelga son «entre un 1 y un 3 por ciento de la población». También afima convencido que las encuestas están trucadas¿Quién dice la verdad?
Por otro lado, tampoco lo he pasado tan mal como me temía para irme de fin de semana.
En un país tan huelguista, la información sobre los trenes anulados funciona bastante bien: en SNCF direct. Mientras tengas un billete, puedes coger el tren que te pille mejor y la mayor parte de las veces ni siquiera pasa el revisor y si por casualidad viene, es mucho más flexible que el resto del año.
La huelga crea un ambientillo de anarquía: La gente habla más entre sí, -¿Y usted hasta dónde va? -¡Yo llevo desde las 8 de la mañana intentando cogerlo!. Al final hasta tiene su gracia, siempre que no tengas prisa por llegar.
En Francia hacen huelga. En general. Porque la huelga general que hicieron el martes 12 de octubre -día de la Hispanité- tuvo mucha publicidad, pero aquí tu vas un día cualquiera a currar en autobús y te encuentras un cartelito: «En raison d’un mouvement social des risques de perturbations sont à prévoir». Encima con eufemismos, muy francés. «En razón de un movimiento social se prevén riesgos de perturbaciones». ¿Movimiento social? Nunca sabes muy bien por qué hacen huelga. Los campeones del ‘mouvement social’ son los trabajadores del transporte público.
¡Hay un pobre hombre (o una pobre mujer) que se ha montado un blog sobre las miserias que pasa en el cercanías C de París!: Galere (s) dans le RER C. y la gente está cada vez más hasta las narices (ver los comentarios del foro), pese a la encuesta que afirmaba que el 70 por ciento de los franceses apoyan la convocatoria del martes. Acusan a los trabajadores con condiciones privilegiadas (los ferroviarios lo son) de tomar como rehenes a los usuarios.
Y claro, esto es como Pedro y el Lobo: a fuerza de hacer ‘huelguitas’, cuando quieren protestar por algo gordo, tienen que liarla parda. Y en esas estamos: Ya van cuatro o cinco jornadas de huelga general contra la reforma de las pensiones (6 o 7 días si sumamos las convocatorias por otros motivos). La mayor parte de las refinerías están paralizadas. El Gobierno ha autorizado el recurso a los ‘stocks’ estratégicos de carburante para los camioneros, varios puertos están cerrados y la SNCF, la Renfe francesa, lleva con las dichosas ‘perturbaciones’ desde el martes. Y lo que les queda. O nos queda.
Doctor, ¿es grave? No, c’est la grève. (huelga=grève)
Para hacerse una idea: la ley de servicios mínimos es del año 2007, y los sindicatos protestaron mucho cuando se aprobó. Antes era sálvese quien pueda. Ahora también, pero menos.
Yo hago huelga de la huelga. Osea, curro. Y sólo quiero pirarme de fin de semana como un buen Cruasan Ambulante. A ver si lo consigo. Me temo que tengo por delante una jornada de Galere dans la SNCF.
Si venís a Francia sabed que las leyes de la República (la señora que aparece arriba de la foto, encima de lo de Liberté, Egalité y Fraternité) «prohíben a los vendedores de alcohol dar de beber a personas en estado de embriaguez manifiesta o recibirles en su establecimiento» (tercer párrafo).
Y sobre todo (último párrafo, mi favorito) está prohibido encontrarse en estado de embriaguez manifiesta en los lugares públicos.
Queda a cargo del camarero interpretar lo manifiesta que es la embriaguez de uno.
Por suerte los cruasanes no hemos tenido el honor de comprobarlo pero al parecer la policía, con las leyes de la República bajo el brazo, puede llevarte al calabozo hasta que se te pase la melopea. Ojito.
El documento, se titula «Protección de los menores y represión de la embriaguez pública» y debe ser colocado en los bares desde el 31 de enero de 2010.
«Me he equivocado. Sí, y qué. El otro día me invitaron a la tele y dije que «Cuando veo que algunos (fondos de inversión extranjeros) piden tasas de rentabilidad del 20 ó 25 por ciento con una felación casi nula…». Por supuesto, quise decir inflación.
¿Qué pasa? No es tan grave ¿no? Al fin y al cabo los fondos de inversión extranjeros son un mundo excitante, muy parecido a la seducción. Le puede pasar a cualquiera… Y bueno, para una vez que me invitan a la tele, tenía que hacer que se recordara mi intervención, ¿no?
Desde que Sarkozy decidió aparcarme en el Parlamento Europeo no levanto cabeza… Con los ríos de tinta que he hecho correr… No hay derecho, he tenido una vida muy difícil. Aunque bueno, nada peor que cuando dijeron que el padre de mi hijo era José María Aznar.
Quiero dar las gracias al Cruasán Ambulante por darme la oportunidad de explicarme».
Rachida Dati – Eurodiputada y ex ministra del Gobierno de Sarkozy.
PD: si queréis ver mi intervención, es por aquí. En Youtube la han censurado los de Canal+
…y por el sol español, la playa, la marca del bikini, los gintonic de después del último baño ¿qué queréis que os diga? Sí, me comprometí a dejar de comer durante 28 días. No, a mi no me pagan como a Samanta Villar. Sí, saltármelo con unas bravas es la mejor opción para dejar de creer. No, no creo (en el Islam quiero decir…). Pero ésto es tan real como la vida misma. Vives expatriada, echas de menos a tu mamá, a tus amigos, a tu abuelina… y todos esos reencuentros van acompañados de un arroz con leche o de una taza de Albariño ¿o no? La próxima vez seré más cauta, creo.
En fin, además de mis momentos gastronómicos, este último mes he estado investigando las mil y una maravillas de la informática . Entre otras cosas he rodado mi primer corto (se llama Nicolator 1 y no es apto para menores de 30). También me he puesto las pilas con marcianitos de otro planeta llamados Photoshop y Final Cut (ahora entiendo la tele). Me he cortado el pelo y no me he comprado fascí-culos pero me siento como si lo hubiese hecho. Septiembre es un poco como fin de año. No hay uvas, hay atascos. Sin embargo, muchos nos apuntamos al gimnasio, cambiamos algún color del armario o movemos un mueble. Son objetivos, menos comprometidos que el Ramadán, pero objetivos también importantes. A ver cómo se nos da esta vez.
Llegó esa época del año en la que en España nos abrasan los oídos y los ojos con el síndrome postvacacional, la vuelta al cole y los coleccionables por fascículos.
En Francia es la temible rentrée. Llega exactamente el 1 de septiembre y la calientan unos días antes.
Si los medios españoles nos parecen pesaos con el tema, en Francia lo son mucho más.
Durante un mes más o menos es imposible no oír o ver la dichosa palabreja unas veinte veces al día.
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Aquí es una auténtica institución. Hay rentrées para todos los gustos: la rentrée scolaire (la vuelta al cole) la rentrée literaria, de los museos, del cine, la rentrée teatral, la política… En Youtube me he encontrado videos sobre recomendaciones de maquillaje y peluquería para la rentrée 2010, que he preferido ahorraros.
También es la rentrée de las huelgas (mañana, la primera) pero lo de las huelgas y Francia merece un post, o un blog aparte.
La ‘rentrée’ es un concepto tan francés como el croissant (o cruasán).
Nuestros amigos de Wordreference las pasan canutas para encontrar una definición, tanto en castellano como en inglés.
No me voy a dedicar a dar la paliza lingüística así nada más empezar (en plena rentrée) pero es curioso que no haya una palabra equivalente ni en castellano ni en inglés.
Quizás sea porque los franceses inventaron las «congés payés», las vacaciones pagadas, por lo que también inventaron la rentrée…
¿Quizás es porque en España se nos dan mejor las vacaciones que la rentrée? ¿O porque con tantos parados hay menos curro al que volver? En cuanto a los ingleses… Debe ser porque no hacen más que trabajar.
En fin, es un misterio
Por lo demás, es un periodo con un puntito deprimente, como en todos los sitios. (Encima hoy es el primer día del otoño).
Y como en definitiva, ‘rentrer’ quiere decir ‘volver’ os regalamos el tema ‘Volver’ cantado por Penélope C… ¡ah no! por Estrella Morente. Para que se nos quite un poco la frente marchita que traemos.